Puebla, Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, un nombramiento obtenido en gran medida gracias a los trabajos de restauración y recuperación de decenas de inmuebles históricos patrocinados por Fundación Jenkins.
En 1987, el Centro Histórico de Puebla fue designado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. La importancia del legado arquitectónico se conserva en un perímetro de casi 7 kilómetros cuadrados, con 2 mil 619 inmuebles registrados en 391 manzanas con un valor excepcional.
Esto fue resultado, en gran medida, por el apoyo invaluable y constante de Fundación Jenkins, pues durante las décadas de los sesenta y setenta, se donaron cuantiosas aportaciones destinadas a la recuperación y restauración de numerosas iglesias y edificios públicos históricos. Algunos de los edificios beneficiados son la Catedral, las iglesias de La Compañía, San Cristóbal, San Marcos, Guadalupe, San Francisco, Santo Domingo y su emblemática Capilla del Rosario, así como el antiguo hospital de San Pedro, el Mercado de la Victoria (antigua central de abastos de la ciudad), la Casa del Deán, el Teatro Principal, el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos. Además, se realizaron proyectos para el rescate de barrios como los de Xanenetla y Xonaca, la construcción de mercados como el Venustiano Carranza y El Parral, y la recuperación de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, por mencionar solo algunas de las grandes obras. La mayor parte de estos recursos también se destinaron a la peatonalización de algunas calles y la canalización subterránea de todos los servicios para mejorar la imagen urbana.
A la fecha, Fundación Jenkins continúa su invaluable apoyo al rescate del Centro Histórico de Puebla. En los últimos años los proyectos se han enfocado en el rescate del Paseo Bravo, la restauración en su totalidad de Casa Aguayo, la construcción completa del Centro de Convenciones William O. Jenkins y las constantes aportaciones para la conservación de la Catedral.